Guesthouses recomendadas

  • Ideal Pansiyon - Fethiye
  • Your House Guesthouse - Chiang Mai
  • New Siam II - Kao San Road, Bangkok
  • Traete tu tienda - Sri Lanka
  • Oasis Guesthouse - Chinatown, Kuala Lumpur
  • Garden Village - Siam Reap
  • George's Guesthouse (o muchas otras) - Sagada, Mt. Province
  • Uyami's Greenview Lodge - Banaue, Ifugao
  • Blue Bamboo - Sabang, Palawan
  • Aniceto's Pension - Puerto Princesa, Palawan
  • Friendly's Guesthouse - Manila
  • Mountain View Inn - McLeod Ganj, Himachal Pradesh
  • Cosy's Guesthouse - Jodhpur, Rajastán
  • Chitra Khata - Jaipur, Rajastán
  • Shree Palace - Pushkar, Rajastán
  • Valentine Inn - Wadi Musa, Petra
  • Cliff Hostel - Ammán
  • ChillOut Cengo - Beyoglu, Istanbul
  • Mavi Guesthouse - Sultanahmet, Istanbul

Visitantes...

que llegan de...

Con la tecnología de Blogger.
viernes, octubre 01, 2010

El mundo que conocimos

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar
Antonio Machado

Estoy al borde del colapso cafeínico. Hoy se me acaba el oro negro hasta que llegue de nuevo, unos seis meses más tarde, a la civilización occidental, a ese pedazo de tierra que sobró en la formación geológica del planeta, tierra de animales hechos a retazos, tierra abierta e inhóspita donde la supuesta escoria británica levantó una sociedad con los mismos errores y posiblemente alguna virtud más que la que los mandó a un exilio napoleónico. Lo echaré enormemente de menos, pero no me corre prisa alguna retomarlo. Necesito Asia. Necesito suciedad, especias y humildad. Penurias y destellos oculares. El techo del mundo y el fín espiritual.

Se acaba mi mes en casa; siempre seré galego, y ya siempre seré turco. Soy un árbol transnacional. Recuerdo la primera entrada y mis previsiones sobre mi tiempo otomano. Se han cumplido todas. Mi amor no está en este país de bellezas constantes, y en el fondo, debo considerarme afortunado por ello. Pero pesa más la llave que debo fundir que mi mochila; el conocimiento pesa 3 libras, las emociones no las soportarían ni los hombros de Atlas. La verdad es que he vuelto a ser feliz, y a hacer desgraciados los próximos meses de otra cabeza, y ya van unas cuantas. Todo me indica que sólo me he amado a mi mismo, que sólo yo me resulto imprescindible. Una pena que mi viaje no me lleve a pisar Tahití para comprobar si Eric Goulden estaba en lo cierto.

No he viajado, no he querido alejarme un segundo de la ciudad que me idolatra y me desprecia en una proporción del 70/30. Soy su mal necesario. Soy aquel al que le ha caido la misión de descubrirles que las distancias son únicamente mentales, y que el mundo gira a tu favor si lo deseas con suficiente fuerza. No deseo repetir las mismas despedidas que hace escasos tres meses, pero marcharme a lo desconocido con 15 abrazos sinceros será mi energía vital. Adiós Turquía, ha sido un placer, muchas gracias por todo. Este es el mundo que conocimos, y que nunca volverá.

0 comentarios: