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Mostrando entradas con la etiqueta Logística y preparaciones. Mostrar todas las entradas
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miércoles, enero 12, 2011
Un pequeño vistazo al futuro...


La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible.Arthur C. Clarke
Todo en sus respectivas horas locales.
13 Enero 20.15 - Salida de Istanbul
14 Enero 16.15 - Llegada a Manila
16 Enero 15.10/16.25 - Vuelo a Puerto Princesa, Palawan
22 Enero 17.05/18.20 - Vuelo a Manila
23 Enero - Bus nocturno hacia Banaue, Luzón del Norte, Terrazas de arroz
3 Febrero 11.25/15.10 - Vuelo desde Clark Airport (Ángeles, Filipinas) a Kuala Lumpur (Malasia)
13 Febrero 06.20/07.15 - Vuelo desde Kuala Lumpur a Colombo (Sri Lanka)
4 Marzo 08.15/14.30 - Vuelo desde Colombo a Kuala Lumpur
Y luego, el camino dirá.
jueves, octubre 07, 2010
Petra - Día 1


La paciencia es la clave de la soluciónProverbio árabe
Esta entrada estaba escrita antes de India. Ahora he tenido el tiempo a publicarla. La cita, sin embargo, vino hoy. Las cosas van (mejor), que ya es algo.
Como os he dicho a muchos, y alguno me dijo a mi, sólo estás sólo cuando quieres estarlo. Hice mi viaje a Petra acompañado desde la puerta del autobús con un australiano y un alemán, Matt y Gabriel respectivamente. Antes de relataros Petra, toca el cómo llegar desde Ammán.
Los autobuses en Jordania son un caos. No hay horarios, no hay buses por la tarde, basicamente de antemano puedes saber de dónde salen, cuánto cuesta el viaje, y cuándo deja de haber posibilidades de hacerlo. El día 6 empezó realmente temprano, a las 7 am en pié, ducha de agua fría y desayuno a base de pita y queso en lata australiano. Si, queso en lata. Y no estaba malo. Desde Downtown -que es donde estaréis si habéis seguido mis consejos anteriores- tenéis que cojer un taxi hacia la estación de autobuses de al-Wahdat (estación sur) por el que no debéis pagar más de 2 JD -a lo sumo, 2,5-. Una vez allí id hacia el minibus, aquí son todo minibuses, que va a Petra, directamente preguntad cual es, cuesta 5 JD y tarda alrededor de unas 3 horas en llegar a Wadi Musa. Allí os recomiendo alojaros en Valentine Inn, el servicio no es muy amable, pero los precios son perfectos; por supuesto, a dormir de nuevo en el tejado. Y andad a todos lados, no me seáis vagos, que revitaliza el cuerpo. Entrada a Petra en esta temporada, 33 JD un día, 38 dos. Nosotros hicimos lo correcto cogiendo la de dos, y puedo decir que el segundo fue mucho más divertido.
Qué decir de Petra, mirad las fotos y listo. Aún así, me esperaba más, puedo decir que me ha gustado más la Capadocia, pero los colores de la roca -por algo lo llaman Red Rose- son simplemente increibles. El primer día llegamos en torno a las 2, a mi juicio, la hora perfecta para disfrutar de la ruta principal, y volver a oscuras cuando el camino lo iluminan bolsas de arena con una vela dentro. Es mágico. Llegad hasta el final, el Monasterio, y subid al sitio que dice ser "la mejor vista de Petra", porque prácticamente lo es.
El beduino que tiene allí su tienda nos ofreció te gratis y allí nos quedamos hablando con el, disfrutando de la puesta de sol y de la música de su laúd. Hablando de la vida, de Petra, de mujeres, de cómo le había roto el corazón una francesa con la que estuvo 4 años y medio, salió el tema y me vi disfrutando de un canuto de hachís jordano allí, en tierra de Nabateos, con el tercer te que nos ofreció en la mano. Los de la foto de abajo somos nosotros, antes de emprender el camino de regreso al hostel y coger la cama, esterilla en nuestro caso. No he comido carne desde que llegué, entre el arroz, el hummus y el falafel me sobro y me basto. Y comer es barato si sabes donde, estilo Turquía.
Y lo mejor fue el segundo día, pero ahora no tengo fuerzas para ponerme a escribir, estoy realmente cansado, así que os dejo con la puesta de sol desde lo alto de Petra. Pero lo haré, me guardo las fotos, y descender por allí viendo los gestos de incredulidad de la policía jordana es de lo mejor hasta el momento. Eso, y Honey Pancake.
sábado, septiembre 11, 2010
Dios bendiga a Decathlon


Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero.Antoine de Saint-Exupery
He decidido empezar cada nuevo episodio con una cita, y como con toda decisión intrascendente de la vida, siempre puedes echar marcha atrás y hacer como que nunca la has tomado. Los políticos saben mucho de esto, lástima que no entiendan ese concepto, la trascendencia.
Como os daréis cuenta al terminar de leer este segundo capítulo, pretendo hacer un mínimo de dos secciones claramente diferenciadas en este proyecto, pero dado que todavía no entiendo cómo crear páginas y que estas funcionen aceptablemente, de momento va todo aquí. A la primera corresponde la entrada inaugural y posteriores que traten del viaje, de la vida, de las cosas vistas y hechas, de los caminos.
Esto pertenece a la segunda. Una sección destinada a ser analítica y explicativa, a proporcionar información, consejos y experiencias en el campo de la logística de un viaje como este. Su único objetivo, pues, el servir de ayuda para la gente que se plantee realizar un viaje como el mío. Desde los billetes de avión a los seguros para viajeros, el dónde dormir, el presupuesto, y el salir de fiesta sin tener que vivir las siguientes semanas de la caridad budista.
Como os daréis cuenta al terminar de leer este segundo capítulo, pretendo hacer un mínimo de dos secciones claramente diferenciadas en este proyecto, pero dado que todavía no entiendo cómo crear páginas y que estas funcionen aceptablemente, de momento va todo aquí. A la primera corresponde la entrada inaugural y posteriores que traten del viaje, de la vida, de las cosas vistas y hechas, de los caminos.
Esto pertenece a la segunda. Una sección destinada a ser analítica y explicativa, a proporcionar información, consejos y experiencias en el campo de la logística de un viaje como este. Su único objetivo, pues, el servir de ayuda para la gente que se plantee realizar un viaje como el mío. Desde los billetes de avión a los seguros para viajeros, el dónde dormir, el presupuesto, y el salir de fiesta sin tener que vivir las siguientes semanas de la caridad budista.
Primera parada, el equipaje. De la mochila en sí no voy a hablar, la mía, aún teniendo una capacidad perfecta y un diseño funcional, ya me está destrozando la espalda por el mero hecho de tener los arneses unos míseros 4 centímetros más largos de lo debido, y me veré obligado a cambiarla o arreglarla antes de proseguir mi viaje. Si hablaré de lo que lleva dentro.
Ropa. Por todos es conocida mi afición a tener un armario considerablemente grande, aunque al final me acabe poniendo siempre lo mismo. Y mejor no entrar en el tema sneakers. Toda mi vestimenta para esta etapa se reduce a cuatro camisetas -llevad siempre ropa que podáis dejar, tirar o regalar en cualquier lugar al que os lleven vuestros pasos, yo sólo llevo una que protegeré hasta con mi vida si es necesario, esa blanca primera colección CircoWear curtida ya en mil batallas-; una sudadera plasticosa que ocupa poco y pesa menos, y mi cazadora de esquiar multiusos como armadura contra el frío del Nepal y Tierra de Fuego es todo lo que cubrirá mi pronto escuálido tronco. Hay que decir que en estos últimos meses he hecho un buen trabajo recolectando tejido adiposo como reserva de energía en previsión de la ingente cantidad de arroz cocido que engulliré este año.
Un pantalón corto con siete años de vida y algún que otro remiendo, el bañador que años atrás le pedí prestado a Omar -ahora preso e imagino que convertido ya en la putita de algún reo- y que nunca le devolví, y las prendas en las que realicé un desembolso económico considerable pero necesario: unas mallas térmicas y un pantalón extremadamente ligero e impermeable. Una buena calefacción y unas buenas ventanas.
Un pantalón corto con siete años de vida y algún que otro remiendo, el bañador que años atrás le pedí prestado a Omar -ahora preso e imagino que convertido ya en la putita de algún reo- y que nunca le devolví, y las prendas en las que realicé un desembolso económico considerable pero necesario: unas mallas térmicas y un pantalón extremadamente ligero e impermeable. Una buena calefacción y unas buenas ventanas.
Cinco calzoncillos y cinco pares de calcetines de trekking que maximizan la tríada transpiración, resistencia, y secado rápido.
Y por último, quizás el segmento en el que menos confiado de mi previsión me siento: los pies. No he podido evitar traerme un par de Dunk Low SB, el único capricho textil que me he permitido. Son demasiados años y demasiada adicción como para renunciar a ellas. Para compensar, unas zapatillas de trekking ligeras e impermeables que a la fuerza se convertirán en mi vehículo predilecto. Y no son del todo feas.
Una toalla de montañero que ya se ha hecho un huequito en mi corazón, es simplemente una maravilla de la funcionalidad.
Y por último, quizás el segmento en el que menos confiado de mi previsión me siento: los pies. No he podido evitar traerme un par de Dunk Low SB, el único capricho textil que me he permitido. Son demasiados años y demasiada adicción como para renunciar a ellas. Para compensar, unas zapatillas de trekking ligeras e impermeables que a la fuerza se convertirán en mi vehículo predilecto. Y no son del todo feas.
Una toalla de montañero que ya se ha hecho un huequito en mi corazón, es simplemente una maravilla de la funcionalidad.
Vendas autoadhesivas, paracetamol, un pulverizador con cortisona, yodo y dos tubos de bepanthol para tratarme los tatuajes que pretendo irme haciendo a lo largo del camino. El repelente de mosquitos llegará a medida que avance hacia el Este.
El saco de dormir y la esterilla que le robé hace ya unos años a mi padre -McKinley ambos, han probado ser magníficos a lo largo de este tiempo-, una linterna de dinamo que también carga por USB -la tecnología no deja de sorprenderme-, una cantimplora flexible que todavía deja un regustillo a licorcafé en el líquido elemento, dos libros en inglés que iré cambiando por otros, y una navaja multiusos.
El netbook -gracias a Taringa! por las 180 Lonely Planet gratis y en Pick&Mix- , las cámaras y el móvil para casos de fuerza mayor componen todo el material electrónico que me acompañará.
Y por último, mi capricho musical y tributo a mi querido fucking hippie, un ukelele que no tengo ni idea de tocar, pero con más de 300 días por delante para arrancarle sonidos virtuosos. En la India me compraré por fin una tabla. Que tiemble Trilok Gurtu.
10 kilogramos; mi casa.
El netbook -gracias a Taringa! por las 180 Lonely Planet gratis y en Pick&Mix- , las cámaras y el móvil para casos de fuerza mayor componen todo el material electrónico que me acompañará.
Y por último, mi capricho musical y tributo a mi querido fucking hippie, un ukelele que no tengo ni idea de tocar, pero con más de 300 días por delante para arrancarle sonidos virtuosos. En la India me compraré por fin una tabla. Que tiemble Trilok Gurtu.
10 kilogramos; mi casa.
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