Guesthouses recomendadas

  • Ideal Pansiyon - Fethiye
  • Your House Guesthouse - Chiang Mai
  • New Siam II - Kao San Road, Bangkok
  • Traete tu tienda - Sri Lanka
  • Oasis Guesthouse - Chinatown, Kuala Lumpur
  • Garden Village - Siam Reap
  • George's Guesthouse (o muchas otras) - Sagada, Mt. Province
  • Uyami's Greenview Lodge - Banaue, Ifugao
  • Blue Bamboo - Sabang, Palawan
  • Aniceto's Pension - Puerto Princesa, Palawan
  • Friendly's Guesthouse - Manila
  • Mountain View Inn - McLeod Ganj, Himachal Pradesh
  • Cosy's Guesthouse - Jodhpur, Rajastán
  • Chitra Khata - Jaipur, Rajastán
  • Shree Palace - Pushkar, Rajastán
  • Valentine Inn - Wadi Musa, Petra
  • Cliff Hostel - Ammán
  • ChillOut Cengo - Beyoglu, Istanbul
  • Mavi Guesthouse - Sultanahmet, Istanbul

Visitantes...

que llegan de...

Con la tecnología de Blogger.
martes, noviembre 23, 2010

Tres galegos no Punjab

Nadie muere de hambre en Amritsar, pero se puede pecar de excesos.
Refrán local sikh

Himachal Pradesh, McLeod Ganj, hogar en el exilio del XIVº Dalai Lama, un trozo del Tibet, un remanso de paz con infraestructuras para viajeros, es un sitio al que no venir de paso. Con el Himalaya a la espalda o al frent según hacia donde mires, la vida en esta altitud es un placer. No se cuando nos dirigiremos a la ciudad de Le Corbusier de vuelta al Punjab, cada minuto que pasa es más probable que abandone mi compañia y me quede aqui unos cuantos días más antes deJustificar a ambos lados volver a Turquía. Aún así, se que volveré relativamente pronto a estar dos o tres semanas, a ser posible con otro tipo de compañía -morena de pelo rizo azabache-, y cuando os enseñe fotos y comparta con vosotros más en profundidad las virtudes de este luga, entenderéis el porqué.

Una buena noticia para mis padres. Encontré un master con muy buena pinta, quizás toque año y medio en Austria después de este, pero cuando juntas helicópteros militares, retiros con un chamán, premios Nobel y altas autoridades de la ONU dando charlas, y estudios únicos, hay que valorarlo seriamente. Aunque no deja de guardarme parecidos sospechosos con Los hombres que miraban fijamente a las cabras. Apunte para cinéfilos.

Después de dos días grises en Delhi, cogimos el tren para Amritsar desde Nizamuddin, que tiene pinta de estación viaria de ricos. Dos horas de retraso y porra para adivinar la llegada. Perdió Fran por escasos diez minutos. La ciudad sagrada de los sikh se ve en un día, pero es casi una herejía no quedarse allí una noche. Sólo tiene el Golden Temple, pero no tiene nada que ver con Agra más allá de la majestuosidad de su atracción más famosa, y rivaliza tranquilamente con el Taj Mahal. Pero gracias a ser la "cuna" del sikhismo, el ambiente de la urbe es único. Dado su carácter de filosofía/religión incluyente, los sikhs respetan y tratan por igual a cualquier persona sea del credo que sea. Dormimos en el único lugar que se debe dormir en Amritsar, dentro del propio complejo del Templo Dorado, por la voluntad. Camas cómodas, ambiente espiritual de paz y comunidad. Fue genial entrar y ver que dormía en la habitación donde algún que otro año atrás lo hicieron Murat, Baran, Candas, o algúno de estos, bajo la pegatina símbolo de calidad que muchos vamos repartiendo por el mundo. Yo ya he colocado alguna que otra.
En el Templo Dorado también preparan comida para muchos miles de personas al día. Y gratis. Gente de muchas etnias distintas, paises distintos, religiones enfrentadas se sientan a comer juntos en el suelo, dispuestos en filas sin importar que seas de la casta más baja o un occidental que se puede permitir comer todos los días por la minucia que cuesta aquí la alimentación. Dhal -lentejas a lo indio, lo más común, barato, y rico-, arroz, un curry exquisito y chapatis son repartidos por los sikh sin parar, rellenándo el thali las veces que uno quiera. Todo lo echan de la cazuela al plato sin tocarlo, y lanzándote los chapatis a las manos -tienen que ser las dos-, sin que pueda haber contacto mano-chapati-mano en el proceso.
Lo cierto es que los sikhs son unos tipos curiosos con sus turbantes, barbas larguísimas, físicamente imponentes y el puñal que todos llevan visible. Ahora a los niños se les permiten llevar el cuchillo al colegio desde los siete u ocho años. Pues esta gente tiene una historia y una filosofía a la que le deberíais echar un ojo.


Al día siguiente nos levantamos temprano, ellos más, y nos pusimos en camino a McLeod Ganj, con la intención de estar dos días y mañana hará seis ya. Amritsar-Patankhot-Dharamsala-McLeod Ganj, tres autobuses, ocho horas. Sobre media hora los últimos 10 kilometros montaña arriba desde Dharamsala de noche. Y siguiendo al segundo gancho de guesthouse (Mount View Hostel) que nos vino -resulta ser el encargado- nos fuimos a una que no habíamos mirado que está más que bien, a un precio buenísimo. Y es uno de los sitios de fiesta conocidos de este pueblo de paz, exilio, lucha, negocio y bohemios wannabe, donde ayer me enteré que tienen hasta bolera. Los monjes usan todos unos portátiles de la ostia, y ya he visto a alguno en el facebook añadiendo tibetanas de muy buen ver.

0 comentarios: