Guesthouses recomendadas

  • Ideal Pansiyon - Fethiye
  • Your House Guesthouse - Chiang Mai
  • New Siam II - Kao San Road, Bangkok
  • Traete tu tienda - Sri Lanka
  • Oasis Guesthouse - Chinatown, Kuala Lumpur
  • Garden Village - Siam Reap
  • George's Guesthouse (o muchas otras) - Sagada, Mt. Province
  • Uyami's Greenview Lodge - Banaue, Ifugao
  • Blue Bamboo - Sabang, Palawan
  • Aniceto's Pension - Puerto Princesa, Palawan
  • Friendly's Guesthouse - Manila
  • Mountain View Inn - McLeod Ganj, Himachal Pradesh
  • Cosy's Guesthouse - Jodhpur, Rajastán
  • Chitra Khata - Jaipur, Rajastán
  • Shree Palace - Pushkar, Rajastán
  • Valentine Inn - Wadi Musa, Petra
  • Cliff Hostel - Ammán
  • ChillOut Cengo - Beyoglu, Istanbul
  • Mavi Guesthouse - Sultanahmet, Istanbul

Visitantes...

que llegan de...

Con la tecnología de Blogger.
miércoles, febrero 02, 2011

21 días después


Time wounds all healers
Hospital, por Toby Litt


Por dónde empezar en este caso no es una reflexión al aire, está claro que justo después de Manila. Pero relatar una semana en Palawan, algo más en North Luzon, y las idas y venidas se ha convertido en un trabajo largo al que cada vez me apetece menos dedicarle tiempo, pero ahora mismo es algo que sin sobrarme no me da para hacer nada productivo, toca nueva entrada.

Me he dedicado a leer mucho, libros que voy pillando por el camino, donde hay de todo. The brief wondrous life of Oscar Wao, de Junot Díaz, es una maravilla que me encontré en la guesthouse de Sabang, donde sólo hay luz eléctrica de 6 a 10 pm, en un pequeño complejo de cabañas de bambú a la orilla de las rocas, a donde llegas cruzando todo el pueblo, y el pescado a la parrilla está muy bueno. Creo que sobre la mitad del libro la leería a la luz de la linterna, no hay demasiado que hacer allí en Sabang, además del río subterraneo y el jungle trekking que todo el que va allí debería hacer. Sin ser lo más impresionante del mundo, ir hasta el rio a través de la jungla, adentrarse en el mismo, y volver en barca viendo la linea de costa de la isla kárstica te deja con la impresión de haber sido un día muy bien aprovechado. Llegué a Palawan tras los dos días en Manila, ciudad que se está situando entre mis favoritas ahora que la tengo más rodada, con un irlandés de nombre raro y poco más hicimos ese día que encontrar una guesthouse donde pararnos esa noche, ambos nos marchábamos temprano al día siguiente, yo a Sabang, él a El Nido. No fui a esta última, que se supone la perla de Palawan. El tiempo fue una mierda para estar en una isla donde, si no buceas, vas a relajarte en playas tranquilas y aguas calientes. Pero pienso volver a las Filipinas más pronto que tarde, no es caro llegar aquí y si tres personas me siguen, se hace un viaje realmente barato. Sólo es otro cantar. Puerto Princesa es una ciudad amigable, fácil de recorrer, y si estás en Aniceto's Pension, con cocina a tu disposición, wifi y una localización no céntrica -claro que yo tenía la moto- pero en el medio de la realidad filipina. El dorm, llegando cuatro, saldría muy bien de precio.
Sabang merece la pena para pasar dos noches y partir a la siguiente mañana. Un sitio tranquilo, que no llega a ser un paraíso, playa, río subterraneo, playa, y Port Banton o El Nido. O ambas, en cuanto vuelva, porque la isla definitivamente merece la pena, tranquila por ser la más recientemente descubierta como posibilidad turística, la gente aún empieza a ir con cuentagotas.

Lo único que debo reprocharme en las Filipinas, además de la ligereza con el dinero -tampoco es que pudiese haberlo hecho mucho mejor- es que, a pesar de estar alrededor de una semana en Manila -6 noches, ni 5 días- el único barrio que conozco es Malate, pero aprendí a moverme perfectamente en los diversos medios de transporte de la urbe. Y os los voy a explicar. En primer lugar, tanto si viajáis acompañados -sólos también, pero si puedes compartir se convierte en una broma- id siempre en taxi, es sencillamente el más barato que me he encontrado en ningún sitio. Ningún trayecto normal que hagáis subirá el taxímetro por encima de los 120 pesos, dos euros, un regalo. Manila dispone también de un sistema de tren elevado no muy extenso, pero útil especialmente para coger autobuses en la miríada de estaciones -una por compañía- que hay en la ciudad, es eficiente, barato -single, alrededor de 15 PHP- y empieza a funcionar a las 5 am. Y luego los jeepneys. Ni rickshaws, ni tuk-tuks, el jeepney es sin duda el vehículo de transporte con más personalidad de toda Asia, el más caótico sin duda. No funciona como los anteriores, el jeepney es un vehículo de transporte público que cubre una ruta fijada en las diversas pegatinas y plaquitas que pueblan su luna delantera, y la primera vez que os subáis a uno acabaréis en cualquier sitio menos en el que teníais intención de hacerlo, pero merece la pena. Un jeepney cruza varios barrios y cuesta unos míseros 7 PHP, te subes y bajas donde quieres. Y enlazando con la siguiente parada del viaje, os lo ejemplifico. Para ir a Banaue, en Luzón del Norte, región de Ifugao y punto de partida para casi cualquier trekking por las fabulosas terrazas de arroz, hay un bus nocturno de la compañía GV Florida, cuya estación se encuentra en Sampaloc. El precio del trayecto son de 360 a 400 PHP, dependiendo de lo espabilado que uno sea al comprar el billete diciendo que eres estudiante. Para llegar a Sampaloc, bien un jeepney desde Rosario con Taft que viaje por España hacia Quiapo, o montarse en el LRT hasta la estación de Tayuman, desde ahí andar unos 10 minutos. En taxi, nunca más de 100 PHP, ni en hora punta.


Y aquí iría Banaue y el trekking por las terrazas de arroz, y luego Sagada, pero no me apetece ahora mismo, y el trekking se merece una entrada para él solo. Prometo hacer esta mañana, y si sale corta, que no debería, añadirle Sagada.

0 comentarios: